miércoles, 16 de octubre de 2013

LUCHA Y SONRIE

Te levantas una mañana tras haber apagado el despertador, como de costumbre, durante más de media hora. Y lo primero que haces antes de levantarte es dejar caer una lagrima mientras recuerdas que alguien te había dicho el día anterior que tu vida había cambiado, no volvería a ser igual que antes. Imposible. Se te cae otra lagrima.

Intentas recomponerte para poder salir de tu habitación y dar una imagen de esas que hacen pensar al resto que todo va bien.

Llegas a la cocina, desayunas mientras hablas con tu madre que se encuentra ahí en ese momento, terminas y te preparas para salir de casa e ir a hacer las cosas que llevas haciendo por rutina durante dos años. El día va pasando y cada vez te notas más cansado, como si estuvieras harto de tener que ir con esa máscara en la que llevas una sonrisa dibujada para que el mundo no te note mal y así no se lamenten de ti.

Al cabo del día llega el momento de volver a la cama, y es en ese preciso momento cuando tomas una decisión, una decisión con la que esperas poder seguir adelante más fácilmente. Dicha decisión es la siguiente: No es necesario que te pongas ninguna mascara si consigues vivir feliz pese a lo que tengas, para ello te dices a ti mismo que trataras no de olvidar lo que te ocurre, pero si que intentaras no convertirlo en el eje principal alrededor del cual girara tu vida.

Con eso así, la mañana siguiente te dispones a levantarte relajado y con una sonrisa verdadera y autentica. Y estando ya listo, comienzas una lucha diaria por conseguir vivir libre y feliz sin dejar que lo peor que te podía haber pasado te condicione.

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