martes, 8 de octubre de 2013

DE LA TRISTEZA A LA ALEGRÍA

Música, noticias, amigos, familia, los estudios, el frio, el calor y un número de cosas que nos llevaría todo una vida escribirlas aquí influyen de manera considerable en nuestro día a día, a través de nuestro estado de ánimo.

Hay veces en las que no solamente nos influyen, sino que además nosotros forzamos las situaciones para hacer, inconscientemente, que nuestro entorno esté igual que nosotros. Un ejemplo claro de ello podría ser, que en un día en el que me levante desanimado será más fácil que escuche un disco de Alex Ubago antes que un recopilatorio de canciones del verano de la última década. Así crearíamos una atmosfera en la que nuestro ánimo y nuestro entorno estarían en sintonía.

Pero ya que como se suele decir, en esta vida todo se contagia. ¿Por qué no nos forzamos a estar sonrientes y felices? o lo que es lo mismo, un día triste y gris en vez de ponernos música lenta y triste, las noticias, y una película que sea un dramón, pienso que nos resultaría más beneficioso hacer lo contrario a lo que nuestro ánimo nos pida, ya que tal ve no en media hora, pero acabaríamos consiguiendo quitarnos esa amargura inicial y acabar el día con una sonrisa que seriamos capaces de contagiar al resto de los que nos rodean. Haciendo así de este mundo cada vez más gris, un lugar en el que la alegría sea lo que respiremos en vez del humo de los tubos de escape de los coches.



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